Hace más de 20 años llegó a mis manos un libro que hablaba del golf, los negocios y la vida. Puede parecer una combinación extraña, pero permítanme explicar el paralelismo.
Desde el punto de vista financiero, todos deberíamos tener un objetivo. Diseñar un plan financiero no solo debería ser recomendable: debería ser obligatorio.
Lo sé, en Argentina hablar de largo plazo parece casi un chiste. Culturalmente, no existe. Y hay razones. Pero eso no significa que debamos quedarnos atrapados en ese pensamiento. Siempre se puede cambiar. Y si usted ha llegado hasta este punto del texto, es porque ya está dentro de ese pequeño grupo (el 10%) que sí piensa en el futuro: en 3, 5, 10, 20 años y más allá.
Sin embargo, tener un objetivo y un plan no alcanza. Hay que empezar. Hay que dar el primer golpe.
Y ahí entra el golf.
El objetivo del juego es simple: hacer que una pequeña pelota entre en un hoyo a lo lejos. A veces con uno, dos o más golpes, pero todo empieza igual: con el primer golpe.
En el libro que mencioné, hay un párrafo que siempre recuerdo:
“En el golf, la siguiente meta después de golpear la pelota es localizarla. Ver dónde fue la bola es esencial. Cómo nos sentimos acerca del lugar adonde fue a parar, no lo es.”
“Muchos invocan a Dios tras un mal golpe, pero lo cierto es que las deidades ya hicieron su parte: crearnos, darnos esta tierra, y un regalo muy útil para el golf… la gravedad. Sin ella, no podríamos encontrar la pelota ni mantener los pies sobre el césped.”
En las finanzas, el primer golpe es comenzar a separar parte de nuestro patrimonio para protegerlo, conservarlo y hacerlo crecer.
Todo lo demás —geopolítica, tasas de interés, mercados volátiles— escapa a nuestro control. Como en el golf, podemos golpear bien, pero el viento, los desniveles o un pájaro pueden cambiar el curso.
Por eso, lo importante es dar el primer paso y usar herramientas que nos den flexibilidad y adaptabilidad para seguir avanzando, a pesar de los cambios del entorno.
Nosotros ya le hemos ofrecido alternativas, tanto locales como internacionales. Cada uno elegirá la que le dé más tranquilidad mental. Pero ninguna herramienta sirve de nada… si no se da el primer golpe.
Volvamos al libro:
“Después de dar tu golpe, deberías seguir mirando el tee donde estaba la bola. Incluso si ya no está allí, mantené la vista un segundo más. Asegurate de haber completado tu tarea. Enfocate en el proceso, no en el resultado inmediato. Y recién entonces, preparate para el siguiente paso.”
Entonces, definí tu objetivo, la jurisdicción, abrí tu cuenta de inversión y depositá los fondos. Ese es tu primer golpe.
Después, nos ocuparemos de ayudarte a elegir los activos, y a adaptarte a los cambios del camino.
Pero, como en el golf, si no das el primer golpe, jamás vas a llegar al hoyo.
Afectuosamente.
Daniel Villella
Asesor Manager
DVBrokers
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